En las últimas semanas he vivido varias situaciones relacionadas con las limitaciones que vivimos muchas personas debido a las etiquetas y los moldes. Las etiquetas que nos ponen, las que nos ponemos, y los moldes con los que nos sentimos identificados.
La mayoría de esas etiquetas (por no decir todas) surgen en nuestra infancia. De repente, un día, alguien de nuestro entorno, quizá con buenas intenciones, quizá no, realiza un comentario, como por ejemplo «mira que eres torpe, desde luego tu gimnasta no serás» o bien » pero que tímido que eres, así no harás nunca nuevos amigos». Esos comentarios, que parecen inofensivos en el momento de expresarlos, pueden provocar que esa personita se quede con ese molde, con todo lo que implica la etiqueta de «torpe» o «tímido». Cuidad lo que decís, especialmente a los niños.
¿Qué etiquetas has identificado en ti mism@ mientras leías estas líneas? Lo que comentaba de las últimas semanas se ha dado tanto con clientes en procesos individuales de acompañamiento, como con familiares y amigos (y conmigo mismo también, que no estoy exento de historia personal).
Y esas etiquetas pueden ser realmente limitantes: «Seguro que me timan, por que yo no valgo para los números. Yo no puedo hacer eso que tu haces, que soy tímid@. Seguro que no me cogen a mi, que en la primera impresión soy borde. Yo tengo que leerlo dos veces, que soy muy distraído. No puedo hacer esa excursión, que soy lento y torpe. …..»
¿Qué sucede con esas limitaciones que «tenemos» por llevar esas etiquetas? Pues en muchos casos simplemente vivimos con ellas, limitando nuestras actuaciones, nuestras relaciones, nuestras opciones laborales, relacionales, sociales, corporales, y tantas otras. Sin embargo, esos moldes por los que «creemos» estar fabricados se pueden romper, y esas etiquetas se pueden soltar. Está claro que un proceso de acompañamiento por un profesional facilita ese «soltar y romper». Sin embargo, cada uno puede plantearse las etiquetas que tiene, que acepta, que identifica, y posteriormente ver en qué le limitan. Identificando lo que «podría ser o hacer» si no tuviese esas etiquetas, permite ver dónde quiero llegar y plantear luego qué significa esa etiqueta y cómo dejarla marchar. Por ejemplo aceptando que todo en esta vida es un proceso, y que en lugar de «soy tímido» puedo cambiar esa concepción de mi mismo por otra de «me ha costado algo más que a otras personas relacionarme, y quiero mejorar en eso». En este ejemplo hay dos temas que afectan:
- Cambiar la «identidad» (soy tímido) que es algo innato, inamovible y esencial, por una manera de «actuar», que es algo totalmente modificable, algo que puede variar con el tiempo las situaciones, la decisión personal.
- La decisión de «quiero mejorar». Esa sola frase me hacer recuperar mi poder personal, mi capacidad de actuación, libre de etiquetas, fuera de los moldes, siendo capaz de actuar hacia donde deseo.
Esto es tan solo un ejemplo. Seguro que en algún momento puedes (si quieres) ver qué límites tienes por «aceptar» algunas etiquetas como propias. No voy a entrar en las etiquetas que se ponen a veces en diagnósticos médicos («tienes depresión crónica», «te queda un mes de vida», «serás inválido para siempre») y que en muchos casos sería beneficioso evitar (gracias a todos los profesionales de la medicina, que por suerte cada día son más, que hablan de síntomas, de posibles causas y posibles «soluciones», sin ser dogmáticos, y tienen en cuenta los beneficios generados, tanto por el consciente como el subconsciente de sus pacientes, el efecto placebo y nocebo, y la realidad cuántica de Crear es Crear).
Deseo que tan solo te pongas los límites que quieres tener, y que el resto sean simplemente situaciones con opción de modificar hacia dónde deseas. No hablo de cambios mágicos instantáneos. Hablo de la magia de ser el creador de tu vida, a veces con cambios a una velocidad rapidísima gracias a un simple cambio de pensamiento, y a veces con paciencia, constancia y persistencia.
¿Qué etiquetas soltarás? ¿Qué moldes deseas romper?
[…] el día 19 de marzo publicaba una entrada en este blog, con el título “Soltando etiquetas, rompiendo moldes”, y unas horas más tarde, el que lleva ya unos meses siendo un maestro para mi, decidió nacer con […]
[…] siguiente paso fue estar Soltando etiquetas, rompiendo moldes. Esas etiquetas que “nos ponen”, y ponemos, afectando a la identidad y dificultando […]