El Don de Campanilla

disney-campanilla-6993Hace pocos días he tenido el placer de co-facilitar junto a @FrancyGabetti un taller para una empresa con el título «Intuición y Propósitol» dentro del Programa de Desarrollo del Liderazgo que desde @Pinea3LivingOrg ofrecemos a algunos clientes. En este taller estuvimos tratando en tema del Propósito Personal, de la Misión de Vida, de la función en la que podemos brillar más, de nuestro Don.

Lo trabajamos conjuntamente con la intuición, ya que, entre otras cosas, consideramos que una intuición despierta, una conexión mayor con todo lo que nos sale de la esencia personal (por naturaleza y por lo que hemos aprendido), es fundamental para que el Propósito sea correctamente re-conocido, conocido desde la pureza, sin todos los filtros mentales de lo que creemos que es mejor o peor, de lo que da prestigio, lo que está «bien pagado», lo que mis padres esperan de mi…..

Y hoy, gracias a utilizar la excusa de tener un hijo pequeño, he visto la película «Campanilla» de Disney. Y si te preguntas qué relación tienen, ahí va lo que yo he visto, y que me ha parecido fascinante:

1) Campanilla no «acata» lo que le dicen sobre su Don sin mas. No acepta (en parte por prejuicios) ser «tintineadora» (reparadora, mecáncia). En vez de eso, ya que aceptarlo y dedicarse a esa labor parece que le impediría ir a «Tierra Firme», que es su mayor deseo, decide explorar los otros dones de otras hadas, aprender de ellas para realizar otras tareas que parecen «superiores» y así poder ir a cumplir su sueño. Se esmera por «encontrar» el Para Qué sirve, probando, con voluntad, con esfuerzo, con persistencia, con dificultades, con poco éxito.

2) En el momento en que Campanilla se relaja, se olvida del éxito,  y está centrada, de modo intuitivo, empieza a fluir con su Don. De repente todo en ella es congruente, todas sus habilidades se ponen al servicio de lo que ella es, de quien es, la mejor tintineadora. Y dese allí, da lo mejor de ella, mucho más de lo que el resto podría esperar, sin esfuerzo (si con trabajo, constancia, persistencia y paciencia). Y gracias a eso, el mundo de las hadas (y, por ende, el nuestro, ya que son sistemas interconectados) sale beneficiado y recibe lo mejor de Campanilla. Ella aporta al mundo lo mejor al ser coherente y congruente con quien es, con lo que es, con lo que se le da mejor, y lo que le hace sentir bien, todo alineado. Y con esto consigue, ya sin «necesitarlo», al sentirse bien simplemente por estar realizada, ir a Tierra Firme.

Como resumen, ella se permite conectar con su Don tras explorar, y conectar, por que ella así lo siente, no por que alguien se lo haya indicado o por que otros lo decidan o le marquen el camino. Y cuando desde su centro decide sabiendo que esa es su esencia, que ese es su Don, todo fluye.

 

Deseo realmente que alguna de las personas con las que tuve el placer de estar realizando el taller (si son todas mucho mejor) re-conecte con su Don, con su Propósito (o lo mantenga si ya estaba conectad@) y lo desarrolle de manera intuitiva, congruente, fácil, fluyendo, conectad@, y así, de ese modo, la empresa y el mundo reciban de esa persona lo mejor que tiene para dar.

Y este deso lo hago extensivo a cada una de las personas del planeta, y me permito aquí lanzar una petición a todas las personas que tratan con niños y adolescentes: dejad que el Don Natural emerja de ello@s, facilitad que fluyan con quien son, permitid que se desarrollen plenamente para que sean su mejor yo y sean felices al dar de manera congruente. Es mucho más sencillo, sano y beneficioso para todos que así sea.

Gracias

 

 

Transmitiendo emociones, transmietiendo energía

Soy un ferviente seguidor de Cesar Millán (El encantador de perros), ya que me fascina la capacidad que tiene de entender a los perros, lo que éstos necesitan, lo que transmiten, y lo que las personas que comparten sus vidas podrían hacer para mejorar fácilmente la vida de toda la familia (o manada). Realmente es un gran ejemplo para todos los que nos dedicamos al acompañamiento a la mejora.

¿Y qué es lo lo hace tan eficaz y eficiente en su trabajo? Creo que lo que mejor le define es «la paz, serenidad y seguridad que transmite». Y esa energía, esas emociones, ese estado, se traslada a todo su entorno, igual que hacen todos los perros de su manada cuando un nuevo miembro se incorpora.

Nala es una perrita de cuatro meses y medio que vive con mi mujer y conmigo desde mediados de agosto. Tiene una gran cantidad de energía que transmite de muy diversas maneras. Esta mañana hemos tenido la suerte de que, en el parque por el que acostumbramos a pasear, organizaban una exhibición canina. Una oportunidad para aprovechar!!! Así que he ido con Nala, y hemos estado paseando entre gran cantidad de perros adiestrados, de perros tranquilos, y nos hemos estirado en el césped junto a muchos otros perros que transmitían una energía de tranquilidad. Mientras habitualmente al encontrarse con otro perro ha querido jugar de manera insistente, hoy ha aceptado que estar tranquila era algo bueno. Tras estar estirada hemos paseado, entre varios perros, niños, cochecitos, etc…  y Nala ha estado tranquila. Como buen seguidor de Cesar, tanto al pasear como al estar en casa, tomo conciencia de mi energía, de lo que transmito para facilitar que Nala sea una perra feliz, y hoy la energía de muchos otros seres (perros y personas), ha colaborado a esa finalidad.

Como todo el mundo habrá oído alguna vez: «Estate tranquilo, que los perros huelen el miedo, y si lo huele vendrá hacia ti» (o algo similar). Y eso es así con los perros.

¿Y con las personas? Pues entre los seres humanos sucede exactamente lo mismo, aunque intentemos pasarlo todo por una pequeña parte de nuestro cerebro que creemos que es la que utilizamos para controlarlo todo y tomar las decisiones.

Es inevitable transmitir nuestras emociones. Es inevitable que nuestro nivel energético sea algo que compartimos con nuestro entorno, aunque sea como la luz de casa (la mayoría no sabemos qué sucede cuando le damos al interruptor y se hace la luz, simplemente, aunque no lo veamos, la energía existe).

¿Y qué acostumbramos a hacer con esas emociones, con esos estados anímicos, con nuestro nivel energético, con lo que transmitimos mucho más allá de las palabras que usamos? Creo que en muchas ocasiones simplemente no hacemos nada. Buscamos estrategias de actuación basadas en la «lógica», en nuestra capacidad cognitiva, sin tener en cuenta lo que hay de fondo.

Tanto a nivel personal, como a nivel organizacional se puede actuar tomando conciencia de que esa energía existe y actuar en consecuencia, responsabilizándose de lo que hay en cada uno de nosotros como individuos, de lo que hay en cada equipo o en cada sistema humano al que pertenecemos.

El viernes tuve la oportunidad de asistir a la presentación del libro «Energía Organizacional. 7 pilares de excelencia empresarial», escrito por mis amigos y colegas, Enric Bernal, Joan Cos y Xavier Tarré, socios y co-fundadores de Pinea3 Living Organizations. También tengo la suerte de colaborar con ellos, y poder comprobar cómo esta conciencia energética, esta influencia sistémica, y los estados anímicos, afectan y contribuyen a empeorar o mejorar las organizaciones, igual que a las personas a modo individual, lo que tengo la oportunidad de vivir diariamente en los procesos de acompañamientos individual a la mejora.

  • ¿Qué haces tu con tu energía?
  • ¿Tienes conciencia de ella y de cómo la utilizas?
  • ¿Qué haces con las emociones y energías de tu entorno?
  • ¿Eres consciente de cómo te influye el nivel anímico de las personas próximas a ti?
  • ¿Transmites lo que deseas a tus seres queridos?
  • ¿Y cómo es todo esto en tu puesto de trabajo? ¿A nivel individual? ¿A nivel de equipo? ¿A nivel de organización?

Mejorar es posible. Como leía hoy mismo «Si crees que es posible, ya tienes la mitad del éxito asegurado».

¿Quieres tener éxito? Si quieres te acompaño, en las dos mitades: 1) Creer que es posible. 2) Hacerlo realidad.