Hace pocos días he tenido el placer de co-facilitar junto a @FrancyGabetti un taller para una empresa con el título «Intuición y Propósitol» dentro del Programa de Desarrollo del Liderazgo que desde @Pinea3LivingOrg ofrecemos a algunos clientes. En este taller estuvimos tratando en tema del Propósito Personal, de la Misión de Vida, de la función en la que podemos brillar más, de nuestro Don.
Lo trabajamos conjuntamente con la intuición, ya que, entre otras cosas, consideramos que una intuición despierta, una conexión mayor con todo lo que nos sale de la esencia personal (por naturaleza y por lo que hemos aprendido), es fundamental para que el Propósito sea correctamente re-conocido, conocido desde la pureza, sin todos los filtros mentales de lo que creemos que es mejor o peor, de lo que da prestigio, lo que está «bien pagado», lo que mis padres esperan de mi…..
Y hoy, gracias a utilizar la excusa de tener un hijo pequeño, he visto la película «Campanilla» de Disney. Y si te preguntas qué relación tienen, ahí va lo que yo he visto, y que me ha parecido fascinante:
1) Campanilla no «acata» lo que le dicen sobre su Don sin mas. No acepta (en parte por prejuicios) ser «tintineadora» (reparadora, mecáncia). En vez de eso, ya que aceptarlo y dedicarse a esa labor parece que le impediría ir a «Tierra Firme», que es su mayor deseo, decide explorar los otros dones de otras hadas, aprender de ellas para realizar otras tareas que parecen «superiores» y así poder ir a cumplir su sueño. Se esmera por «encontrar» el Para Qué sirve, probando, con voluntad, con esfuerzo, con persistencia, con dificultades, con poco éxito.
2) En el momento en que Campanilla se relaja, se olvida del éxito, y está centrada, de modo intuitivo, empieza a fluir con su Don. De repente todo en ella es congruente, todas sus habilidades se ponen al servicio de lo que ella es, de quien es, la mejor tintineadora. Y dese allí, da lo mejor de ella, mucho más de lo que el resto podría esperar, sin esfuerzo (si con trabajo, constancia, persistencia y paciencia). Y gracias a eso, el mundo de las hadas (y, por ende, el nuestro, ya que son sistemas interconectados) sale beneficiado y recibe lo mejor de Campanilla. Ella aporta al mundo lo mejor al ser coherente y congruente con quien es, con lo que es, con lo que se le da mejor, y lo que le hace sentir bien, todo alineado. Y con esto consigue, ya sin «necesitarlo», al sentirse bien simplemente por estar realizada, ir a Tierra Firme.
Como resumen, ella se permite conectar con su Don tras explorar, y conectar, por que ella así lo siente, no por que alguien se lo haya indicado o por que otros lo decidan o le marquen el camino. Y cuando desde su centro decide sabiendo que esa es su esencia, que ese es su Don, todo fluye.
Deseo realmente que alguna de las personas con las que tuve el placer de estar realizando el taller (si son todas mucho mejor) re-conecte con su Don, con su Propósito (o lo mantenga si ya estaba conectad@) y lo desarrolle de manera intuitiva, congruente, fácil, fluyendo, conectad@, y así, de ese modo, la empresa y el mundo reciban de esa persona lo mejor que tiene para dar.
Y este deso lo hago extensivo a cada una de las personas del planeta, y me permito aquí lanzar una petición a todas las personas que tratan con niños y adolescentes: dejad que el Don Natural emerja de ello@s, facilitad que fluyan con quien son, permitid que se desarrollen plenamente para que sean su mejor yo y sean felices al dar de manera congruente. Es mucho más sencillo, sano y beneficioso para todos que así sea.
Gracias