El mejor peor invierno de mi vida

Así definiría esta estación que finaliza justo ahora. Y aunque parezca una contradicción no lo es. A veces las peores circunstancias nos llevan a lugares en los que la mejora de aspectos personales es la única salida, igual que las orugas solo pueden salir del capullo transformadas en mariposa. De nada sirve quejarse de que el capullo las deja inmóviles, que es agobiante, que es imposible seguir arrastrándose, que todo está oscuro, que no hay salida.

Y así ha sido. He llorado mucho, con todo el dolor, mucha tristeza, algo de rabia, mucha incertidumbre y total impotencia. He llorado lo vivido en estos meses. He llorado lo vivido en mi infancia. He llorado las muertes de todos mis seres queridos fallecidos. He llorado hasta dolores heredados, de mis ancestros y de otras vidas. Y voy a seguir llorando. Y he visto mis heridas (o parte de ellas), he visto mis sombras (o parte de ellas) y he tomado acción para poner luz tras mirarlo con respeto, benevolencia, cariño, y compasión.

Así es como este invierno se ha convertido en el peor de mi vida. Y eso ha hecho que sea el mejor a la vez. Cada vez miro más el todo. Cada vez mayor equilibrio entre luces y sombras. Cada vez más saber que la energía Yin y Yang cohabitan en equilibrio si se les permite, y lo bueno es potenciar el fluir de ambas, maximizándolas en el momento oportuno. Y que los ciclos vitales existen y está bien vivirlos aceptando, fluyendo, con voluntad, sueños y acción, y libre de apego. Cada día mayor consciencia y conexión conmigo y con la energía universal divina.

Así que hoy le doy gracias a este invierno 24-25 que finaliza. Agradezco este frio, esta oscuridad, esta tristeza, y todo lo que me ha traído como regalo para mi evolución
(y también manifiesto que está bien seguir evolucionando a una intensidad menor, si así es bueno para mí y para todos los seres, jeje).

Y doy la bienvenida a la nueva primavera, para que florezca todo lo bueno que he sembrado y que voy a regar cada día, disfrutando también de la luz, de la alegría, de los colores, y lo que me traiga, con conciencia de que la parte oscura también está, y ha de estar, aunque en un equilibrio diferente al del invierno. Hoy activo todo mi ser para que mi proceso siga en la mejor dirección, aprovechando la energía de la nueva estación, del nuevo año astrológico.

Y celebro hoy el nacimiento de mi hijo Nahual, que decidió nacer prematuro, quizá para poder hacerlo de madrugada, justo en los últimos momentos de oscuridad del invierno de hace 12 años, a las puertas del amanecer del día 20, de la primavera. Hoy conecto mucho más con ese momento, con que fue un bebé arcoíris, gestado tras la muerte de dos hermanos mayores en sus respectivas gestaciones y compartiendo útero durante unas semanas con su gemelo que también falleció durante la gestación como sus hermanos mayores. Momentos de tristeza y de alegría, de dolor y de ilusión, combinados. Así que celebro hoy su aniversario y el de su madre y mío como mapadres de vida, conectando con esa energía de paso del invierno a la primavera, no como un cierre y una apertura instantánea, si no como un proceso, como la salida del sol o el ocaso, y viendo lo bueno del equilibro. No se hace de día de repente.

Y para acabar, aprovecho para celebrar el Día internacional de la Felicidad, que se celebra cada 20 de marzo, desde el día en que nació Nahual. Y lo hago con una palabra, que regala hoy mi agenda de @diccionariovip y que, por causalidades de la vida, es en idioma náhuatl, como el nombre de mi hijo, que tiene bastante de clown:
QUIHUETZCALTIÀ: El don de hacer reír a otra persona, brindando alegría y diversión a través del humor y la comicidad.

Viento sos

viento sosHoy quiero compartir la historia de la muerte de Gonzalo, un bebé que, como demasiados, voló muy pronto. Esta historia está contada por su padre, Ramiro, en formato de cuento.

Tuve la suerte de poder exponer mi experiencia con las pérdidas gestacionales y mi visión como hombre dentro de la exposición que ha durado 3 semanas de Stillbirth-Reportaje (ver más sobre esta expo aquí) y Ramiro, este papá valiente, asistió y quiso compartir conmigo dos de sus cuentos (entre ellos el que da título al post) y pedirme mi opinión.

Así que tuve el honor de leerlos, y encontrar una historia contada desde lo más profundo del corazón y del alma, con dolor, rabia, tristeza, amor, y todo lo que un proceso de duelo como el vivido conlleva. Me parecieron geniales y lo que le dije a Ramiro fue lo que está a continuación en cursiva:

Ramiro, muchas gracias por escribir estos dos cuentos y por hacérmelos llegar. He leído primero «Viento Sos», y me ha emocionado, conmovido, estremecido, hasta dolido. Realmente me alegro de que aprendieses (averiguases) que Gonzalo es viento y te abraza siempre que tu así lo deseas (eso es, para mi, la primavera tras el invierno) Luego he leído «tu voz» y también me ha movido. Mi sensación es que está escrito con el dolor en un lugar más amable, quizá más desde la tristeza y la nostalgia que desde la rabia y el sufrimiento. Es genial que escribas, por ti, y por si llega a otras personas. No se cómo lo estás difundiendo o piensas hacerlo. Por mi parte, le daré difusión en cuanto tu me digas cómo lo haces, ya que creo que es necesario que muchas personas se liberen y creo que puede ayudarles. Y en especial hombres, ya que del duelo vivido por la madre tiene más bibliografía. Me ha movido también leer alguna frase que me ha resonado totalmente con lo que yo leí el otro día en la exposición. La última frase de Viento Sos, «solo cuando aceptamos que no podemos retenerlo, estamos listos para abrazar al viento», me parece genial, y me conecta con lo que yo decía de «con un gran paso que era la aceptación del dejar ir (para dejar ir es necesario ser consciente de que existe)». Un gran abrazo.

A esto me respondió que Mónica Álvarez le «amadrinaba» desde su página «Duelo Gestacional y perinatal», así que dejo aquí el link a  la entrada de Mónica donde podréis encontrar más información sobre el trabajo de Ramiro y el cuento Viento sos.

Y me despido comentando que Ramiro incluye estos dos cuentos que yo he leído en una colección que ha titulado del arco iris, y que como nada es casualidad en esta vida, yo estoy ofreciendo desde hace unos días, dos sesiones de HipnoParto gratuitas a todas las mamás que esperan un bebé arco iris. El HipnoParto es un conjunto de técnicas que facilita que las mujeres vivan su embarazo con confianza, seguridad, tranquilidad, …. algo que, especialmente después de la muerte de un bebé, acostumbra a ser poco habitual. Así que pongo mi granito de arena a que esas mamás /y los papás que las acompañan en ese valiente camino) puedan vivir ese proceso algo mejor para ellos y sus bebés. Puedes ver toda la información sobre estas sesiones gratuitas aquí.

Deseo que esta información llegue a muchas personas que se puedan beneficiar, tanto de los cuentos de Ramiro y su familia, como de las sesiones de HipnoParto.