Es increíble cómo me gustan los abrazos. Y no es que durante mi vida haya sido de abrazar mucho. La verdad es que durante mucho tiempo creo que tuve un gran déficit de abrazos, y de contacto físico en general, igual que de expresión de emociones y sentimientos.
Pero eso ya forma parte de mi historia personal y en la actualidad aprovecho las ocasiones que la vida me brinda (o que yo creo) para poder dar y recibir un abrazo.
Tengo la suerte de que mañana Nahual, nuestro hijo, cumple 2 años, así que durante estos dos años a él lo he abrazado mucho, y él hace un tiempo que también me abraza a mi. Y desde hace casi 3 meses, también abrazo a Eluney, nuestra hija menor.
Y también abrazo a Anna, mi mujer, y a algun@s amig@s, y diría que a todos mis clientes, al menos yo se lo pido y no recuerdo negativas a esas peticiones.
Y si, cada vez que me abrazo, me nutro, mi cerebro procesa mejor información que va directa a algunas glándulas para segregar sustancias beneficiosas para mi organismo, y mi corazón mejora su coherencia, y nutro mi espíritu, y mi campo energético, y mis ganas de reir y compartir, y me siento más en paz. Y ahí es donde el placer está presente, y donde el Poder del abrazo se manifiesta.
Y cuando, de repente, Nahual decide abrazar a Eluney, siento algo indescriptible, que resumiré como AMOR. Y no solo abraza a su hermana, si no que tras una semana en una nueva guardería, abraza a su educadora y a varios de sus compañeros. Me encanta que refuerce sus vínculos, que exprese emociones, que se deje querer y que demuestre sus sentimientos amorosos, y permita, de este modo, que su organismo le regale más salud, más bienestar, más paz y armonía. Y si crece abrazando en vez de «aprender» a abrazar pasados los 30, mucho mejor para él 😉
¿Y tu, cómo y cuándo abrazas?
Gràcies Oscar, per fer conscient l´amor que ens podem transmetre sense paraules i animar-nos a abraçar ❤
De moment……
Una abraçada virtual 😉
Que reflejada me he sentido! Yo antes no abrazaba y apenas me abrazaban. En cambio ahora soy un oso amoroso!!
Un abrazo como los del Daleth,
Sònia