Las emociones forman parte de cualquier persona, en todos los momentos que vivimos. Es algo inherente al ser humano (y quizá a muchos otros seres) y muchas veces no tenemos consciencia de las emociones que vivimos (o en las que vivimos).
Me ha hecho pensar mucho en este tema una serie de TV (frágiles) en la que el protagonista principal es un fisioterapeuta (Pablo) con una muy buena capacidad empática y una gran habilidad para ayudar a sus pacientes de manera holística, pero con una gran incapacidad de ayudarse a si mismo, totalmente desconectado de sus propias emociones, mediante la ironía y, seguramente, mediante esa sobre atribución de responsabilidades para con sus clientes.
Una de las protagonistas en una de las historias que son hilo conductor de la serie, es una chica diagnosticada con Asperger (Lola). Una de las características de este diagnóstico es la incapacidad de reconocer emociones, ajenas y propias, así como de expresar las mismas (la incapacidad de mentir es otra característica que me sorprendió).
Viendo esta serie, y el extraordinario trabajo que realiza Ruth Nuñez en este personaje de Lola, tomé consciencia de la suerte que tenemos por poder reconocer las emociones a la vez de la importancia que tiene.
- En primer lugar las ajenas, para poder actuar en consecuencia, conectando con la otra persona, estando (como decimos en coaching, pnl, etc..) en rapport, siendo empático, haciendo uso de nuestras neuronas espejo.
- Y en segundo lugar, aunque no menos importante, tomando consciencia de las propias emociones. Esto nos permite actuar en consecuencia. Nos permite reconocernos, saber lo que es para nosotros importante. Saber cómo nos afectan las circunstancias. Conocer nuestras reacciones al entorno y a nuestros pensamientos. Y como consecuencia de todo esto encaminarnos a nuestra felicidad.
En la serie, Lola consigue reconocer emociones básicas en los otros, mediante el estudio de los movimientos faciales. También consigue sonreír para demostrar que algo le gusta. Y con ayuda de Pablo consigue reconocer lo que es importante en su vida, tanto en positivo como en negativo (y hasta consigue mentir).
La serie es un gran ejemplo de cómo dos personas extremas (una con gran capacidad empática y otra con aparentemente una nula capacidad) afectan a su vida gracias a reconocer sus propias emociones, prestarles atención y actuar en consecuencia. Hasta el momento en que toman consciencia de las mismas y actúan consecuente y congruentemente con éstas, ambos viven sin acercarse a su felicidad.
Y tu….
- ¿eres consciente de tus emociones?
- ¿Cuántas veces te encuentras viviendo anestesiado?
- ¿en cuántas ocasiones tu vida te lleva?
- ¿Cuánto crees que tu cuerpo te avisa de estar actuando sin ser consecuente con tus emociones?
Puedes conectar contigo mismo. Puedes ser consciente de tus emociones.
Puedes descubrir qué causa cada emoción y actuar en consecuencia.