Si me lo hubiese PEDIDO bien…

IMG_20160608_203900Hace unos días estaba paseando tranquilamente con mi hijo, mi hija y mi perra. Al llegar al parque dejo a Nala que vaya suelta. Llegamos a la zona de juego infantil, una zona con arena, bien delimitada, con columpios en el interior, en la que los perros tienen prohibida la entrada.

Como habitualmente, en horas de poca concurrencia (eran pasadas las 21h), compagino el juego con l@s niñ@s y con la perra. Así, desde la «puerta» de la zona infantil, me desplazo hacia el interior y juego con los peques, y hacia el exterior y le lanzo el juguete varias veces a Nala para que se canse y luego se estire un rato mientras estoy dentro.

Cuando hay muchos niños, o bicicletas, etc… ato a Nala. En caso contrario, dejo que esté estirada y que corra.

Pues el otro día, una mujer decidió llegar al parque y sentarse en un banco justo al lado de la trayectoria del juguete de Nala, por donde pudo ver a Nala correr a buscar el juguete y volver. La mujer se sentó, y Nala se le acercó. Antes de que llegase ni a olerla, la llamé y vino, dejando su juguete junto a esa mujer, por lo que al cabo de un momento fue a buscar el juguete, la volví a llamar y vino.

Al cabo de un rato la mujer me grita «¿se puede llevar el perro suelo?» (no se qué esperaba escuchar como respuesta. Un si le quita la opción de queja. Un «no, pero me da igual», tampoco creo que le sirviese).

Pues si, me molestó la pregunta, y en especial el tono. Por lo que mi respuesta fue simple, a la vez que doble: «si, se puede. Yo la estoy llevando ahora mismo y no pasa nada».

La mujer se fue poniendo agresiva, y me dijo que claro, que eso no podría ser por que hay perros que muerden. Y la conversación continuó, aproximadamente como sigue:

  • Claro, pero mi perra no, y la mayoría de los que van sueltos tampoco.
  • pero alguno si, y pueden hacer mucho daño, así que deberían ir atados todos
  • claro, y algunas personas también son agresivas y no por eso hemos de ir todos atados.
  • No compares personas con animales.
  • Cierto, hay muchas personas que son agresivas y actúan con maldad, y los animales raramente lo hacen.
  • Pero son animales. Y son peligrosos. Seguro que está prohibido. Llamaré a la policía.
  • Según normativa europea no está prohibido. Si quiere llame a la policía.
  • En Europa seguro que está prohibido.
  • Si está prohibido en algún país, es porque hay gran cantidad de zonas habilitadas u horarios para poder ir sueltos. En caso contrario, se convive, con respeto por parte de todos.

Y la mujer…. indignada… se fue.

Que distinto hubiese sido si me hubiese dicho:

«perdona, me dan un poco de miedo los perros. Te importaría atarlo si estás con los niños, para que no se me acerque»

Que bueno es saber pedir. Es fundamental ser asertivo, ser coherente, ser directo con los pedidos a la vez que se es respetuoso.

Que importantes las palabras. Que importante la intención.

Que importante el qué y el cómo.

Por suerte, lo más habitual que me pasa en este parque es que l@s niñ@s se acerquen y me pregunten si pueden acariciar a Nala o tirarle su juguete, y eso es lo que hacen después de que les indique cómo deben, a parte de preguntar, acercarse a un perro que no los conoce.

¿Desde dónde actúo?

criaturasEsa es una gran cuestión, que tod@s deberíamos plantearnos, al menos de vez en cuando. Por mi parte creo que soy bastante consciente de mi manera de actuar, de sentir, de pensar, y frecuentemente sé perfectamente que lo hago desde donde deseo. No es que yo sea sí y y está, se trata, como en tantas otras cosas, de la combinación de decisión y práctica.

Digo decisión porque lo primero necesario es querer hacerlo. Yo tengo claro que quiero actuar desde un estado de calma, de centramiento, de buenas intenciones, … en definitiva, desde el AMOR como fuerza generadora de pensamientos, emociones y acciones con una intención que podríamos denominar «buena» o «beneficiosa». Como mínimo es beneficioso para mi actuar desde ese estado del ser, y l@s de mi entorno también se benefician de esa intención (aunque eso les corresponde a ell@s decirlo)

Y digo práctica ya que, al haber nacido y crecido en esta sociedad, donde la competitividad, los miedos, las prisas, las expectativas,… son tan elevados, el lograr actuar desde un lugar en el que sientes el corazón y la mente en coherencia y armonía, requiere de un re-aprendizaje, y eso, en gran parte, requiere de práctica.

Este tema me vino a la mente esta semana, cuando paseaba por la mañana un día con mi hijo, mi hija, mi perra y mi madre por un parque de la ciudad donde vivimos. Resulta que mi perra hizo algo que no hace habitualmente: Se revolcó completamente en mierda de perro. Si, si, en mierda. Podría hablar de heces o excrementos, pero la mierda suena más acorde con mi experiencia. Tristemente hay personas que pasean al perro y no recogen sus cacas, y en esta ocasión era abundante y bastante blanda, por lo que la perra quedó completamente sucia. Como decía, iba con mis peques, de 2,5 años y 8 meses, así que no quería dejar que la perra se les acercase y la tocasen. Así que la llamé, le puse la correa, y la llevé a la fuente más cercana, que saca agua a mucha presión (anteriormente había dejado a los peques con mi madre). Se que el agua no le gusta, y menos en la cabeza, pero yo NECESITABA limpiarla como fuese, la arrastré, le empuje, me ayudé de las piernas, se revolvió, me araño, insistí, luchamos, la inmovilicé, me marcó con los dientes tras bastantes minutos de «fuerza bruta», y consiguió sacar su cabeza del collar, y se fue. No quería volver, y yo la gritaba.

Y de repente, apareció una niña de unos 7-8 años que estaba con un grupo de niñ@s de un casal y me dijo algo como «Señor, estaría bien que tratase mejor a su perro». A mi me salieron dos reacciones: La primera decirle algo así como «estaría bien que no te metas donde no te llaman» (que me callé a la mitad al ver su carita), y la segunda justificarme, explicándole a la niña que la perra estaba llena de mierda y que no podía permitir que se acercase a mis hij@s (que si que hice).

Seguidamente respiré, recuperé mi centro, equilibré mi energía, y volví a actuar desde el amor, llamando a Nala para lograr algo bueno para todos. Ella, aunque con las orejas bajas, vino al cabo de poco, permitió que le pusiese la correa, me lamió la mano para perdonarme, pedirme perdón y gradecer mi cambio de actitud, y permitió que la acabase de limpiar con toallitas de bebé (una de las ventajas de pasear con niños).

Por un rato perdí completamente el control, y estuve actuando desde la rabia, el dolor, el miedo, la necesidad de dominio, la hostilidad, la agresividad, y un sinfín de lugares en los que no me gusta situarme y menos para guiarme en mis relaciones con los seres a los que quiero, en especial mi familia (si, la perra forma parte). Y tuvo que ser una niña valiente que se atrevió a ir a decirle a un adulto en cólera, con su dulzura, lo que ella creía que no estaba bien.

Así que le quiero dar las gracias a esa niña, por ser como es, por atreverse, por permitirme recuperar mi centro en ese momento, y por saber que los animales también merecen ser tratados desde el amor más puro. Si alguien que la conoce lee esto, agradeceré que se lo hagas llegar.

Deseo que si estás leyendo esto sepas desde dónde actúas, o que empieces a poner atención, y que logres actuar el máximo de veces posible desde ese lugar en el que la magia real se produce, desde el AMOR. Yo espero corregir más rápidamente mi manera de actuar en próximas situaciones (aunque espero sucedan pocas de estas que me sirven de aprendizaje tan brutal).

Desde mi centro, desde el amor más puro:

Gracias por leer, comentar y compartir!!!